Cultura mexicana: fortalezas y retos de las mujeres

Este es un gran momento para reflexionar 

Estamos iniciando el mes patrio, mes en donde celebramos el aniversario de la Independencia de México, y queremos expresar que nos sentimos orgullosas de ser mexicanas y de haber heredado una cultura tan rica en valores. 

En Un Día Por Todas pensamos que la celebración del mes patrio es un excelente momento para reflexionar sobre nuestra cultura y el impacto que tiene en las mujeres en su forma de pensar y vivir. Hay muchas cosas positivas que reconocer y por supuesto, áreas de oportunidad en las que podemos trabajar para lograr que cada vez más mexicanas se desarrollen integralmente y logren el equilibrio y la plenitud en sus vidas.

Reconozcamos nuestras fortalezas como mexicanas 

Hay muchos aspectos en los que podemos reflexionar sobre aquello que define a los mexicanos o que es característico de nuestra cultura. Es sumamente interesante cómo la cultura, la gastronomía, la historia, la geografía, entre otros aspectos, definen el “ADN” de las naciones y sus ciudadanos.

En este blog resaltamos tres valores y actitudes que reconocemos en las mexicanas y que merece la pena mencionar 

Heroica solidaridad

En múltiples ocasiones se ha demostrado que los mexicanos tenemos como una de nuestras principales características el ser solidarios y trabajar en favor de la comunidad. Los desastres naturales así como las crisis económicas son algunos ejemplos de que siempre hay motivos para echar la mano y salir adelante juntos. En los grandes terremotos que han sacudido a nuestro país tanto en 1985 como en 2017, los mexicanos nos distinguimos por entregar todo lo que estaba en nuestras manos para lograr que más personas estuvieran a salvo y fuera de la crisis. Se veía gente apoyando a los cuerpos de rescate para salvar a las personas atrapadas en los escombros. Así también podíamos ver a la señora de los tamales alimentando a las brigadas rescatistas y a los voluntarios. Y muchos otros ejemplos más.

La solidaridad es esencial para el fortalecimiento de las mujeres de todo México y en cada etapa de vida en la que se encuentran. Para crecer juntas, en comunidad, y no solas.

Las redes de apoyo de las que las mexicanas se ayudan para sacar adelante sus responsabilidades, son un claro ejemplo de que la entrega y el apoyo generoso de nuestros círculos cercanos pueden hacer toda la diferencia ante los distintos contextos en donde a las mujeres les toca desenvolverse.  Con frecuencia las mujeres se “dividen en mil partes” para atender las responsabilidades y compromisos que tienen. Reconocemos la generosidad de tantas abuelas, tías, hermanas, amigas e incluso vecinas, que de formas tan solidarias salen al encuentro y apoyo de muchas otras mujeres.

Orgullo de ser mexicanas

La historia de México y su rica herencia cultural hacen de nuestro país uno sin igual. La belleza de nuestras raíces indígenas, las grandes obras arquitectónicas de antaño, son visitadas año tras año por gente de todo el mundo. La riqueza de todo nuestro folklore, nuestras tradiciones, nuestra música y nuestros bailes son reconocidos en todo el mundo. Un mariachi puede aparecer en cualquier parte del mundo y se sabe que es originario de México. El tradicional Día de Muertos es innegablemente mexicano y ha trascendido tanto que hasta una película famosa infantil resalta esa parte de nuestra cultura como lo es “Coco”. También las tradicionales posadas navideñas, son netamente mexicanas, al igual que las piñatas.

Ser mexicano permite reconocer el valor de varias culturas. Los mexicanos somos un “caso de éxito” tras la convivencia entre culturas e incluso el nacimiento de una nueva raza, identidad y nación con el mestizaje entre españoles e indígenas. Estas características ayudan a las mujeres a reconocerse como únicas y valiosas y con un propósito de vida. 

La familia como un papel central

Las mujeres mexicanas han transformado a sus familias con su liderazgo y entrega, asumiendo roles clave en la toma de decisiones, el bienestar familiar y la educación de las nuevas generaciones. La madre es figura fundamental en la familia y en nuestra cultura, la cual se reconoce y se respeta por los mexicanos. Es valioso añadir que ante el gran reconocimiento hacia la madre mexicana, aún hay muchos retos por resolver. Consideramos que debería haber políticas públicas que lejos de desanimar a las mujeres a ser madres, las apoyen en ese rol tan fundamental para el mexicano.

Un área de oportunidad: hablemos del machismo 

Sin embargo, es importante reconocer que existen algunos elementos de nuestra cultura mexicana que tienen aún tendencias machistas, y que lejos de fortalecer a las mujeres, las debilitan. Por ejemplo:

  • Comentarios y actitudes despectivas hacia las mujeres: frases como «las mujeres son malas para manejar» o «una mujer debe saber cocinar» son expresiones comunes que reflejan la cultura machista y que pueden generar estereotipos erróneos de lo que debe “ser” una mujer y lo que no.
  • Discriminación laboral. En algunos contextos se consideran «menos comprometidas» a las mujeres si tienen hijos. Si bien es un hecho que ser madre y profesionista pone a la mujer ante retos prácticos en su vida diaria para compaginar trabajo y familia, también es verdad que el hecho de que las mujeres tengan hijos no las vuelve menos comprometidas. La nueva realidad de la mujer hoy, es diferente a la de las generaciones anteriores, y también la economía del país ha cambiado. Hoy la mujer con bastante frecuencia debe salir a trabajar para apoyar en la economía familiar y eso pone delante de la sociedad una necesidad: el apoyo a las mujeres en el ámbito laboral mediante guarderías, centros de lactancia y horarios flexibles para que pueda ser más fácil conciliar la realidad laboral y familiar. El que una mujer sea madre no la vuelve menos responsable, la maternidad desarrolla capacidades y creatividad que pueden ser aprovechadas también en su trabajo profesional.
  • Violencia doméstica y justificación del abuso. En casos extremos el machismo se manifiesta en forma de violencia doméstica, que, además de ser una violación a la dignidad de las mujeres, no les permite desarrollarse integralmente. Ejemplos sobre esto puede ser desde la violencia física, hasta que el esposo, el padre o incluso la propia madre de la mujer que vive violencia doméstica no le permitan concluir con sus estudios, elegir qué estudiar, empezar a trabajar, o se le obligue incluso a realizar ciertas tareas como dedicarse exclusivamente al cuidado del hogar bajo la premisa de que “las mujeres se quedan en casa”. Si bien el papel de la mujer en la casa es fundamental, lo justo es que se le pueda dar la libertad a la mujer de elegir dedicarse a la casa o salir a trabajar, o bien, combinar ambas realidades. Todo esto implica un acceso a la educación que nunca va a sobrar, entre más preparación tenga una mujer, mayor preparación para la vida tendrá, además de mejores oportunidades laborales y dignas podrá encontrar. 

Conclusión

Ante todo esto, aunque el machismo existe en nuestra cultura, es importante resaltar y reconocer que hay muchos padres, esposos y familiares varones que apoyan a las mujeres y las impulsan a estudiar, trabajar y desarrollarse plenamente. Asimismo, debemos seguir luchando por eliminar las barreras que las frenan en su desarrollo, por ejemplo, en el campo laboral hay mucho por hacer para lograr su verdadera incorporación sin limitarla en su maternidad. 

Celebremos este mes patrio y pongamos nuestras cualidades al servicio de nuestro país para que cada vez haya más mujeres plenas y se pueda cambiar la realidad de miles de mexicanas que viven en situación de vulnerabilidad.

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