¡Explora la inteligencia emocional! Todos podemos desarrollarla

Seguramente has escuchado hablar de la inteligencia emocional. Este es un concepto relativamente nuevo, ya que surgió en la década de los noventa y fue dado a conocer ampliamente por el psicólogo y escritor Daniel Goleman. En el ámbito empresarial se descubrió que las personas con más estabilidad emocional, funcionaban mejor en sus trabajos y, en general, en su vida. De acuerdo con estadísticas del World Economic Forum, el 90 % de los trabajadores con buen desempeño laboral cuentan con un alto índice de inteligencia emocional [1].

Pero comenzamos hablando sobre lo que son las emociones y por qué se puso atención en ellas. Se dice que las emociones son reacciones afectivas y subjetivas respecto del ambiente que nos rodea, las cuales se acompañan de cambios orgánicos, como por ejemplo, el sonrojarse. Para las personas, experimentar una emoción involucra actitudes y creencias sobre el mundo que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación [2]. Asimismo, existen diferentes tipos de emociones, como el miedo, la sorpresa, el asco, la ira, la alegría y la tristeza, las cuales se manifiestan a través de aspectos conductuales o fisiológicos [3].

Hay que recordar que el ser humano es una unidad, es decir, todas su dimensiones están interconectadas, por esa razón, lo que pensamos está relacionado con lo que sentimos y la forma en la que actuamos. Por ello hay que conocer nuestras emociones y de ahí proviene la importancia de la inteligencia emocional, que se define como “la habilidad para reconocer nuestras propias emociones y sentimientos y también las de quienes nos rodean” [4].

Ahora bien, de acuerdo con Goleman, la inteligencia emocional se divide en dos grandes tipos: inteligencia personal e inteligencia interpersonal, las cuales muestran cinco categorías fundamentales, tres pertenecientes a la personal y dos a la interpersonal, como se muestra a continuación [5] [6]:

Inteligencia personal:

1. Conciencia de sí mismo: se refiere a la capacidad de reconocer los sentimientos propios.
2. Autorregulación:  lo cual se refiere a la forma de decidir y controlar la duración de una emoción.
3. Motivación: se relaciona con el positivismo, la iniciativa y el compromiso.

Inteligencia interpersonal: 

1. Empatía: comprender cómo se sienten los demás.
2. Habilidades sociales: se refieren a la buena comunicación, liderazgo, influencias, gestión de conflictos, trabajo en equipo, etc.

Como puedes ver, tan importante como el coeficiente intelectual (CI), es la inteligencia emocional (IE), ya que aunque el primero se refiere a las capacidades cognitivas como la comprensión verbal y la memorización, la segunda se refiere a la capacidad de gestionar las emociones. Esto sin mencionar que además existen varios tipos de inteligencias, según la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, aunque generalmente los tests de inteligencia miden el CI [7]. Pero imagina, ¿de qué le serviría a una persona tener grandes habilidades intelectuales, si no sabe gestionar sus emociones y tratar a las demás personas? ¿De qué manera podría transmitir esos conocimientos y saber liderar o negociar con los demás? De ahí la importancia de saber gestionar nuestras emociones para poder desarrollar nuestras capacidades y habilidades intelectuales.

A continuación te mostramos un listado que te puede servir de utilidad para tenerlo presente sobre las características de una persona con un buen grado de inteligencia emocional [8]:

• Tener autoestima.
• Ser positiva.
• Saber dar y recibir.
• Empatía.
• Reconocer los propios sentimientos.
• Saber expresar tanto los sentimientos positivos como los negativos.
• Controlar estos sentimientos.
• Motivación.
• Super dificultades y frustraciones.
• Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.

Ahora bien, ¿cómo puedes lograr tener una elevada inteligencia emocional? [9]:

• Aprende a identificar tus emociones ante diversas situaciones.
• Ten una comunicación asertiva, es decir, aprende a escuchar a los demás y tú a la vez expresa lo que sientes con asertividad.
• Detecta las situaciones de estrés y enfócate en las que sientes que sales de control.
• Haz prácticas que te tranquilizan o ayudan a sacar el estrés, como el ejercicio, leer, escuchar música, bailar, etc.

Esperamos que esta información te sea de utilidad para que sepas evaluar el grado de inteligencia emocional que posees y trabajar en él si te hace falta. Ahora estás consciente de los grandes beneficios que conlleva. Ahora manos a la obra y recuerda siempre tener una actitud positiva ante la vida y los demás.