El primero de mayo se celebra el Día del Trabajo y por ello queremos reconocer especialmente a las mujeres trabajadoras que hoy luchan por sus derechos laborales, con énfasis en las que encabezan solas un hogar. Con frecuencia ellas enfrentan retos en el contexto del trabajo, distintos de los que enfrentan los hombres, por ejemplo, en lo que se refiere a la maternidad y otros aspectos relacionados con su ser mujer.

 

La población económicamente activa (PEA) de México ascendía a 58.8 millones de personas durante el cuarto trimestre de 2021, según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el INEGI [1]. Ahora bien, de la PEA a enero de 2022, la tasa de participación de mujeres fue del 43.1% [2], a pesar de que el 51% de la población mexicana pertenece al sexo femenino. Como se intuye, la participación y el rol de la mujer en el trabajo está aún en camino de establecerse en nuestro país, la desigualdad aún es un factor que se observa. 

 

De hecho, en el tema de igualdad de género laboral, el Women in Work Index de 2019 de la consultora PwC, reporta que México se ubicó en el último lugar (33) de esta medición, de entre los 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) [3]. Esto es preocupante ya que, como podemos observar, no se ha logrado que los derechos laborales de las mujeres sean completamente equitativos, pues aún existe una importante discriminación —por ejemplo— hacia la mujer embarazada.

 

En otro orden de ideas, vemos que muchas mujeres no cuentan con un trabajo formal. Por ejemplo, de los trabajos voluntarios, de cada 100 personas que participan en dichas organizaciones, 48 son mujeres [4]. Este tipo de trabajos que no son remunerados deben ser al menos valorados por la sociedad como un gran bien que aporta de manera gratuita a la construcción de un mejor país. Las organizaciones civiles llegan muchas veces a donde ni el gobierno ni las empresas logran llegar. Valoremos el trabajo voluntario. 

 

De acuerdo con el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), la participación de las mujeres en la economía es baja, pues solo 4 de cada 10 mujeres trabajan. En los últimos 17 años la tasa de participación económica de las mujeres ha oscilado entre el 40% y 45% [5]. Los estados con mayor participación de mujeres en el mercado laboral son Colima y Baja California Sur con una tasa similar a Estados Unidos (56%), en contraste, los estados con menos participación económica femenina son Chiapas y Veracruz con aproximadamente 31% y 35% respectivamente [6].

 

En general, las mujeres tienen una representación desproporcionada en el sector informal. Según datos de la ONU, de entre las mujeres que tienen trabajos no agrícolas el 54% tienen un trabajo informal en América Latina y el Caribe. Como ya hemos recalcado líneas arriba, al trabajar en la economía informal es común que las mujeres no tengan la protección que ofrecen las leyes, hablamos de prestaciones sociales como pensiones, seguros de salud o los subsidios por enfermedad remunerados. Asimismo es frecuente que trabajen a diario por salarios más bajos y en condiciones inseguras [7]. 

 

Por otra parte, en cuanto a las mujeres que sostienen sus hogares, millones de hogares en México son sostenidos por una jefa de familia según la Encuesta Intercensal (INEGI) y muchas mujeres han tenido que recurrir al comercio informal por lo que son más vulnerables a vivir en situación de pobreza.  De acuerdo con el Banco Mundial, una consecuencia de la pandemia ha sido que muchas mujeres desempleadas decidieron ingresar al mercado laboral como comerciantes, aún y cuando este es un empleo informal con sus consecuentes desventajas [8].

 

Por lo anterior se ha observado que muchas mujeres sufren estrés grave ya que el desgaste que implica llevar la responsabilidad del sostén y las tareas de un hogar es grande. Al respecto, en 2020 el INEGI corrigió su Censo para identificar a las mujeres jefas de hogar sin pareja. El número de hogares en México que se registró fue de 35 219 141, de los cuales 11 474 983 están a cargo de  mujeres según el Censo de Población y Vivienda 2020. Es un número importante que representa un aumento del 25% en 2010 a un 33% al 2020 [9]. De aquí se desprende que la vida de pareja es beneficiosa para las mujeres, pues no se ven obligadas a llevar ellas solas el peso del hogar.

 

Los estados con mayor número de hogares con mujeres jefas de familia son:

  • Ciudad de México
  • Morelos
  • Guerrero
  • Puebla
  • Sonora
  • Veracruz



En conclusión de todo lo que hemos visto, el camino por recorrer en cuanto a los derechos laborales de las mujeres tanto a nivel mundial como en México, aún es muy largo. Muchas mujeres desempeñan el trabajo de cuidadoras solas. Algunos afirman que el problema está en que ese tiempo no es remunerado, pero en realidad el problema es que lo deben enfrentar solas, o que no haya participación en común entre el hombre y la mujer en el hogar. Un camino para solucionar esta situación es la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en las cuestiones del hogar. Observamos como un fenómeno que debido a la falta de consideraciones por la ley y los patrones, muchas mujeres optan por trabajos informales a fin de tener las facilidades para encargarse de su familia. Este Día del Trabajo celebremos a las mujeres que trabajan y que esta conmemoración nos motive a seguir visibilizándolas, especialmente a aquellas que reciben poco apoyo por parte de sus patrones y familiares.

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