Asiste a la 12.ª Marcha por la vida

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Cabe mencionar que estas marchas se llevan a cabo cada año desde el 2007, cuando se despenalizó el aborto dentro de las primeras doce semanas de gestación en la CDMX. Esta ley entró en vigor el 27 de abril del mismo 2007. A partir del 4 de mayo de ese año, la Secretaría de Salud local publicó una normatividad interna sobre los servicios de salud relacionados con la mal llamada “interrupción legal del embarazo (ILE)”  [1], que es una manipulación del lenguaje para evitar usar el nombre correcto de esa práctica, que es aborto. Recordemos que estrictamente hablando, cuando algo se interrumpe, quiere decir que se puede continuar, y en el aborto siempre se elimina la vida de la persona en gestación, es decir, se termina, por lo que no se puede continuar.

A más de 15 años de la despenalización del aborto en CDMX, según cifras de la Secretaría de Salud, al año 2021 se habían cometido 237 643 abortos (hasta junio de 2021). El 46% de esos abortos fueron solicitados por mujeres de entre 18 y 24 años (se cuentan las mujeres que lo solicitaron en CDMX pero que no necesariamente son originarias de allí); este es el grupo de edad en el que más abortos se cometen, seguido por el grupo de las que tienen de 25 a 29 años, quienes solicitan el 23.6% de los abortos [2]. 

Asimismo, cuando inició la contingencia sanitaria por el coronavirus, la Secretaría de Salud emitió un comunicado en el que señalaba que los servicios de salud sexual y reproductiva eran “esenciales” y que el Estado mexicano debía garantizarlos, entre ellos el acceso al “aborto seguro”. Pero esto de que el aborto es “seguro” es una falacia, porque no existe el aborto seguro, siempre se termina con la vida de una persona y además se lastima a la mujer física y psicológicamente. Nos seguimos preguntando porqué la Secretaría de Salud consideró por un lado que era prioritario el acceso al aborto, con lo cual exponía las mujeres embarazadas a contagios, y por otro lado, en la misma nota de prensa consideraba también importante la atención de la salud materna y neonatal [3]. Su comunicado era contradictorio: el aborto no es salud para la mujer ni para el hijo en gestación. Si verdaderamente era importante atender la salud materna y neonatal, en consecuencia, el aborto tendría que quedar excluido.

El Dr. Juan Carlos Balcázar, ginecólogo certificado por el Consejo Mexicano de Ginecología, ha explicado en distintas conferencias los riesgos a los que se somete la mujer al cometer un aborto, además de eliminar la vida de su hijo. El Dr. Balcázar es muy claro al señalar los riesgos más importantes de un aborto, como las hemorragias, laceraciones del cuello de la matriz al practicar un legrado o aspiración, infecciones, perforaciones uterinas que pueden terminar con la vida de la madre. Señala que hay quienes defienden el aborto sin conocer las consecuencias, y al saber de ellas, cambian su postura [4].