¿Tendremos una mujer en la presidencia en 2024? Un poco sobre la participación de las mujeres en la política

Hemos visto que en las últimas semanas, la política en México ha tomado relevancia especialmente porque el periodo de precampaña para las elecciones del 2024 está por iniciar. Vemos que algunos nombres se repiten constantemente, los partidos políticos han mostrado parte de sus estrategias, y como un hecho que nos interesa de forma especial, vemos que algunas mujeres se perfilan como posibles aspirantes para las siguientes elecciones. 

Queremos dedicar este blog para mencionar algunos puntos interesantes en la historia de México sobre la participación de las mujeres en la política. Sabemos que han existido a lo largo de la historia diversos retos que de una manera u otra, han hecho que la participación de las mujeres en la política no fuera del todo posible en el pasado. Así que tomamos esta oportunidad para reflexionar sobre los logros y carencias que todavía pueden existir para que en un futuro haya más espacios que permitan a las mujeres ejercer esta profesión. 

Derechos políticos de las mujeres y los instrumentos internacionales [1]

Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)

Esta declaración menciona en su artículo 21 que toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, y que tiene derecho al acceso en condiciones de igualdad a las funciones públicas y a las elecciones por sufragio universal [2]. 

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1976) [3]

El Pacto menciona en su artículo 25 que: “Todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna de la distinciones mencionadas en el artículo 2 (raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, la posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social), y sin restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades:

1. Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos;
2. Votar y ser elegidos en las elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores;
3. Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país”.

Convención Americana sobre los Derechos Humanos (1969) 

La Convención por su parte compromete a los estados a “respetar y garantizar sobre una base de igualdad, el derecho de las personas a participar en los asuntos públicos del país, bien sea directamente o por representación libremente elegida; a votar y ser elegidos en elecciones populares y a tener acceso a las funciones públicas de sus países” [4].

Estos tres documentos internacionales hacen especial hincapié en que existen algunos derechos para asegurar que cualquier persona, incluidos hombres y mujeres, puedan participar en los asuntos públicos de su país. Por consiguiente, las leyes de la nación deberán asegurar que se cumplan las condiciones para que se logre dicha participación. 

Tras observar que en algunos países no se lograba la participación de las mujeres en la política, surgió la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1953). En esta se insiste en que las mujeres deben tener derecho al voto en todas las elecciones sobre una base de igualdad, que deberán tener acceso a ocupar cargos públicos, ser elegibles para todos los organismos públicos de sus estados y países, y que debe prohibirse toda forma de discriminación hacia ellas en el ejercicio de sus derechos políticos [5].

Las mujeres tienen derecho al voto en México

El 17 de octubre de 1953, el Presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mujeres mexicanas pudieran gozar del derecho al voto. Por lo que en las siguientes elecciones, realizadas en 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto, e incluso se agregaron cuatro nombres de mujeres candidatas a puestos públicos. Sus nombres eran: Margarita García Flores, Marcelina Galindo Arce, Guadalupe Urzúa Flores y Remedios Ezeta Uribe [6].  

Estrategias para impulsar la participación política de las mujeres en México

De acuerdo con un informe del Instituto Nacional Electoral (INE), en México se impulsaron medidas para incrementar la representación y participación de las mujeres en la política desde la década de los 90. Por su parte, desde 1993, se plantearon sucesivas modificaciones y adiciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) para promover la participación de las mujeres. Dentro de las estrategias se incluyen las cuotas obligatorias del 30% en el 2002, del 40% en el 2008, hasta exponer la obligatoriedad de la paridad en 2013 y 2014 [7]. 

En Un Día Por Todas creemos que la participación de la mujer en la política debe de estar guiada por una participación en igualdad de condiciones, genuina, y en donde se demuestren las capacidades reales de las mujeres para participar en la construcción de la sociedad que todos queremos. Por lo tanto, las estrategias que asignan aritméticamente cierta cantidad de lugares o posiciones no logran conseguir que la mujer ocupe esas posiciones por sus propios méritos, y termina dañando la capacidad de la mujer para demostrar su valía en estas posiciones políticas.

Mujeres candidatas a la Presidencia de México

La primera mujer en haber aparecido como candidata a la presidencia de México fue Rosario Ibarra de Piedra en 1982. Rosario fue una mujer activista que por décadas buscó a su hijo desaparecido. La candidata participó por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) [8].

Cuatro mujeres más han aparecido como candidatas en la boleta presidencial: Cecilia Soto, Marcela Lombardo Otero, Patricia Mercado y Josefina Vázquez Mota.  Los resultados que obtuvieron aumentaron cada vez más conforme se presentaron las elecciones [9]: