Adicción en las mujeres

El consumo de drogas y las adicciones es un tema preocupante en México. Los resultados de la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), que data del 2016, señalan que el 14.5% de la población adulta (18-65 años) había consumido drogas ilegales alguna vez. Y aunque de ese grupo solo el 7% eran mujeres, es un tema del que hay que hablar pues según esta misma encuesta el consumo de drogas ha ido en aumento en los últimos años [1].

 

Ante estos datos, en Un Día Por Todas nos interesaba sobre todo analizar más a fondo si las drogas afectan de manera particular a las mujeres. Y hemos encontrado que sí, pues dado que tenemos diferencias biológicas en nuestro organismo, los efectos de las sustancias son diferentes entre ambos sexos. Para saber más sobre este tema consultamos a un experto, quien brindó una entrevista a nuestra coordinadora general, Alison González. Se trata del maestro Alor Ruiz, quien es licenciado en Psicología, con estudios de Maestría en el Estudio de las Adicciones por la Universidad Hebraica, y Maestría en Prevención Integral del Consumo de Drogas por la Universidad Veracruzana.

 

El maestro Ruiz comentó que las adicciones son un tema de salud pública importante. Señaló que las drogas son consumidas por hombres y por mujeres, aunque en nuestro país consumen más los hombres: la estadística es de cuatro hombres por una mujer en la población adulta. Añadió que el consumo del alcohol en adolescentes es muy semejante en proporción en hombres y mujeres. La mujer tiende a procesar con más lentitud el alcohol, lo cual puede provocar que se intoxique con mayor facilidad. Por ejemplo, si un hombre y una mujer están consumiendo alcohol al mismo tiempo y en la misma cantidad, es mucho más probable que la mujer se emborrache con mayor facilidad. 

 

Lo anterior tiene que ver con que la mujer tiene mayor cantidad de grasa y agua en el cuerpo. Comentó que una mujer intoxicada tiene mayor riesgo de sufrir daños en su salud, en su hígado, así como sufrir violencia. El experto mencionó además que es más probable que una persona que inicie a temprana edad a consumir una droga, desarrolle una dependencia. Por otra parte, señaló que la mujer metaboliza de una manera más rápida la nicotina, por lo que tienden a consumir en mayor cantidad y a sufrir mayor malestar con el síndrome de abstinencia. El tabaquismo en la mujer está vinculado a cáncer de seno, infertilidad, menopausia dolorosa, osteoporosis, etc. 

 

Por otra parte, Alison le preguntó al Mtro. Ruiz si el tema de las adicciones requiere una prevención especial dependiendo del sexo o de la edad, a lo cual él respondió que en primera instancia la prevención es general y va dirigida a toda la población. Sin embargo, comentó que ya en una prevención más selectiva sí es necesario hacer una distinción de edad y sexo. En cuanto al consumo de alcohol se requiere hacer una diferenciación de sexo porque el cuerpo de la mujer no está diseñado igual y tendrá una mayor probabilidad de tener una intoxicación. No solo es necesario hacer una diferenciación en la prevención sino en el tratamiento, ya que si no se brinda, las mujeres tienen menor probabilidad de atenderse. Por ejemplo, las mujeres con hijos podrían necesitar apoyo, como tener al alcance guarderías para poder atenderse. Además comentó que si la mujer está embarazada es necesario recibir una atención especial por los efectos que el consumo de sustancias causa no solo en ella sino en el bebé. 

 

En otra parte de la entrevista Alison preguntó cuáles son las sustancias que más consumen las mujeres. El experto contestó que las mujeres consumen tabaco en proporción de 4 millones por 12 millones de hombres. En cuanto el alcohol, se da un millón en el país y las mujeres representan un 21% en el consumo de alcohol. Añadió que las mujeres consumen más fármacos de prescripción de manera desproporcionada. Un dato interesante que mencionó es que las causas del consumo de sustancias en las mujeres pueden estar relacionadas con trastornos del estado de ánimo o depresión, el estrés o el abuso físico. Desde su perspectiva la sociedad no ve de la misma manera el consumo en el hombre que en la mujer, en el hombre es más fácil que obtengan ayuda que las mujeres porque las mujeres suelen ser más estigmatizadas cuando presentan una adicción. Además, cuanto más tarde se hace un diagnóstico, más complicado puede ser el tratamiento. Suele suceder que a las mujeres se les niega más el apoyo y exista una intervención tardía.

 

En cuanto a los motivos por los que una mujer puede caer en una adicción, el Mtro. Ruiz señaló que puede ser por depresión, estrés, el tener pocas habilidades para relacionarse, vivir algún tipo de violencia, entre otros. Hay otros factores que tienen que ver con el entorno de las personas, por ejemplo, si tienen padre, madre o familiares que consumen, que el ambiente en que se desenvuelven sea muy permisivo o esté rodeado de alcohol. Mencionó que hay dos factores principales que influyen en el consumo: el primero es una baja percepción del riesgo y el acceso a las sustancias, como puede ser el alcohol y el tabaco. 

 

Por otro lado, el experto invitado comentó una situación que se está viendo con la marihuana, y es que ha disminuido su percepción de riesgo debido a los debates que se han generado en la sociedad y a nivel legislativo en torno a ella. Expresó que los jóvenes tienen las de perder en el consumo de sustancias, sean mujeres u hombres, porque su organismo está en desarrollo; su cerebro termina de desarrollarse aproximadamente hasta los 21 años y las edades de inicio en el consumo están entre los 14 y 15 años.

 

Otra de las preguntas que se hicieron al Mtro. Alor Ruiz es cómo se pueden identificar algunas actitudes o alarmas en el consumo de sustancias, y cómo pueden ayudar familiares o amigos cuando hay una situación de riesgo. Ruiz mencionó varios signos de alerta como los siguientes:

  1. Las personas suelen empezar a descuidar algunas actividades que solían ser gratificantes para ellas, puede haber abandono escolar o laboral. 
  2. Gasto excesivo de dinero, del que se desconoce en qué se invierte.
  3. Pueden cambiar las personas con las que empiezan a pasar el tiempo. Se ocultan amistades. 
  4. Mienten sobre la cantidad que consumen.
  5. Puede haber grandes periodos de tiempo donde no se explica qué está haciendo la persona. 
  6. Los periodos de sueño cambian, se puede dormir muy poco o mayor cantidad. 
  7. La persona come mucho o muy poco. 
  8. Hay cambios de humor, pasan de un estado de ánimo a otro sin gran explicación. 
  9. Tienen energía excesiva o están desganados o desmotivados. 
  10. Hay un cambio significativo entre lo que la persona acostumbraba hacer y lo que está haciendo ahora. 
  11. La persona no puede estar sin consumir o requiere una mayor cantidad de la sustancia. 

El experto comentó que en la adolescencia estos factores pueden presentarse por ser elementos propios de la edad, sin embargo, se debe hacer un análisis para saber si estos comportamientos se presentan por el consumo de sustancias o por cambios de la adolescencia. Si las personas pueden identificar esto e intervenir adecuadamente, se puede hacer la diferencia. No se debe caer en los extremos de culpar a la persona o de ignorar.

 

Alison preguntó qué pueden hacer los adultos que estén en contacto con adolescentes (padres, maestros, psicólogos, etc.) para prevenir una adicción de manera efectiva. Alor comentó que los papás son el primer objetivo de la prevención, ya que el ejemplo que ellos dan implica una gran responsabilidad. Es necesario poner atención a los comportamientos porque los hijos van a imitar lo bueno y lo malo que ven en sus papás. También dijo que es importante el desarrollo de distintas habilidades como las que se enseñan en la escuela, ya que ayudan a la prevención de sustancias. Por ejemplo: habilidades que tengan que ver con la comunicación, ser asertivos, de lectoescritura. Entre más habilidades tengan los hijos, mayores factores de protección obtendrán para prevenir el consumo de sustancias. Comentó que es necesario dar información muy precisa, sin alarmar. El consumo de sustancias es incompatible con el proyecto de vida. Si se desarrolla un estilo saludable, no hay drogas.  Comentó que todas las drogas producen placer cuando se consumen, pero son oportunistas porque si un adolescente, por ejemplo, tiene habilidades de comunicar sus emociones, es más fácil que no recurra a las drogas. 

 

Alison hizo una pregunta muy interesante al Mtro. Ruiz: preguntó si es bueno que los padres “enseñen” a sus hijos a tomar, pues algunos papás tienen la idea de que es mejor que “aprendan” con ellos a que lo hagan fuera de casa o con los amigos. Alor respondió que no es conveniente, ya que se puede estar fomentando la baja percepción de riesgo y a fin de cuentas, la sustancia hace el mismo daño dentro o fuera de casa. Hay muchas otras cosas que los padres podrían enseñarle a sus hijos, en lugar de enseñarles a beber, como manejar sus emociones, aprender de los fracasos, aprender algún deporte, algún hobbie. Todo esto dará a los hijos herramientas para enfrentar la vida, en cambio, “enseñarles” a beber generalmente no tiene el efecto deseado.

Te invitamos a ver la entrevista completa con el Mtro. Ruiz este jueves 2 de febrero a las 7:00 p.m. en nuestra página de Facebook: https://www.facebook.com/undiaportodasoficial/

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