El próximo 4 de junio se conmemora el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión. Este día fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas en la Asamblea General del 19 de agosto de 1982 debido a la alarmante situación padecida en esos momentos por muchos niños en los conflictos bélicos de Palestina, en los que un gran número de niños eran víctimas de agresión en Israel [1]. La intención de establecer este día es el reconocimiento del “dolor que sufren los niños en todo el mundo que son víctimas de maltratos físicos, mentales y emocionales”. Este día además debe reafirmar nuestro compromiso como sociedad de proteger a los niños de la violencia y defender sus derechos [2]. En Un Día Por Todas creemos que este tema es importante porque en México tenemos un serio problema de violencia, y los niños son lamentablemente víctimas de ella.

Según una publicación del INMUJERES de 2021, “se estima que en los últimos 10 años hubo 1.5 millones de niños y niñas muertos en conflictos armados. Otros 4 millones han quedado discapacitados, tullidos, ciegos o han sufrido lesiones cerebrales” [3], además de aumentar también los casos con enfermedades, malnutrición, violencia sexual y más penurias. Las guerras han continuado desde el establecimiento de la conmemoración a la que nos referimos, y también el número de víctimas infantiles. La UNICEF reportó que en 2018 en Yemen más de 220 niños fueron presuntamente asesinados; en Siria, en el mismo año, alrededor de 5.3 millones de niños fueron desplazados o se convirtieron en refugiados; en Blangladesh, más de 400,000 niños necesitaban ayuda humanitaria, y en la República Centroafricana, debido a conflictos bélicos, alrededor de 29,000 niños tuvieron que huir de sus hogares [4]. Y así podemos seguir enumerando muchos casos de guerra en donde los más vulnerables y maltratados han sido los niños, además de que también han sido utilizados en los conflictos bélicos, pues en general son dóciles y obedecen órdenes sin ninguna objeción [5].

Recientemente se desató la guerra de Rusia contra Ucrania en donde miles de víctimas inocentes han perecido incluyéndose a los niños. Un caso que trascendió mundialmente fue el de una niña ucraniana, Katya Dyachenko, quien pereció durante un bombardeo ruso a su ciudad natal. Katya tenía 11 años de edad y era considerada una gran promesa en la gimnasia. Asimismo, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha causado la muerte de alrededor de 121 niños, mientras que aproximadamente 167 han resultado heridos [6]. Ahora bien, según lo ha expresado la UNICEF, se ha considerado que los niños que huyen de la guerra de Ucrania corren más riesgo de ser víctimas de trata y de explotación, ya que los traficantes aprovechan el caos del movimiento generado con los traslados. Más aún si tomamos en cuenta que más de 1.5 millones de niños han escapado de Ucrania desde el 24 de febrero de este año como refugiados, y muchos otros se desplazan dentro del mismo país. De acuerdo con la UNICEF y el Grupo Interinstitucional de Coordinación contra la Trata de Personas (ICAT), el 28% de las víctimas de la trata identificadas en todo el mundo son niños y niñas [7], dato verdaderamente alarmante.

¿Y qué sucede en México? Hay leyes que protegen a los niños de la violencia, como la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual establece que “las personas menores de dieciocho años tienen derecho a una vida libre de violencia, a la integridad personal, y a no ser víctimas de ninguna forma de maltrato, abuso o explotación” [8]. Sin embargo, la realidad de violencia que viven los niños en nuestro país es preocupante. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en el año 2015, México ocupó el primer lugar -entre 33 países miembros- en abuso sexual, violencia física y homicidios de niñas, niños y adolescentes menores de 14 años [9]. En cuanto al tema del abuso sexual, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) reportó en 2021 que el 90% de las violaciones contra las niñas se realiza en el interior de los hogares y en el entorno familiar, los lugares en donde las menores deberían estar más seguras y protegidas [10].

Asmismo, de acuerdo con estadísticas del INE de 2015 obtenidas en una consulta infantil [11]:

«En la categoría de 6 a 9 años (1,140,516 participantes), 11.9% de los consultados dijo ser golpeado(a) por su familia, 10.9% haber sufrido ofensas por parte de maestros(as), y 75.4% manifestó no sentirse seguro(a) en la calle. El 14.9% de las niñas, niños y adolescentes entre 10 y 13 años (1,049,709 participantes) externaron haber sufrido violencia física, 19.5% violencia sexual, y 59.7% dijo no sentirse seguro(a) en la calle (…)». 

Como organización a favor de la dignidad de la mujer, en Un Día Por Todas nos preocupa la situación de violencia que viven tantas niñas, pero en general, de todos los niños mexicanos. La etapa de la infancia es muy importante para el desarrollo sano de cualquier ser humano y marcará su fortaleza emocional para enfrentarse a la vida en la adultez. Los adultos debemos velar por no interferir en el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños sino procurar un ambiente saludable para que se logre de la mejor manera. Los adultos no tenemos ningún derecho a truncar el desenvolvimiento sano de los niños por medio de la violencia, por ello debemos cuidar especialmente que en el hogar exista un ambiente de paz, sin violencia de ningún tipo. Es necesario que los adultos detengamos la violencia en nuestros ambientes, pues los niños aprenden lo que ven en su entorno y ese aprendizaje lo llevarán a su vida futura. Fomentemos un ambiente de paz, empezando en la familia, y en todos nuestros círculos sociales. Si está a nuestro alcance, apoyemos a las organizaciones que dan ayuda social a los niños y niñas víctimas de violencia, y exijamos a nuestras autoridades estrategias eficaces para reducir la violencia contra los niños