Felicidades maestras

El 15 de mayo se conmemoró el Día del maestro en nuestro país, independientemente de su área de especialización. Con este día se busca reconocer la importancia de la docencia. Felicitamos muy calurosamente a todos los maestros y especialmente a las maestras, quienes ponen el toque femenino a su importante labor de educar. En este artículo queremos resaltar las principales cualidades que los docentes tienen para transmitir los nuevos conocimientos a sus alumnos y, asimismo, formar personas.

Primeramente, veamos algunas estadísticas relacionadas con el número de maestros y maestras que actualmente ejercen en nuestro país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, en su reporte del cuarto trimestre del 2020, existen 1.2 millones de personas que son maestras y maestros de educación básica, la cual abarca preescolar, primaria, secundaria, enseñanza especial y otros (como alfabetizadores). De ellos, el 69.9% son mujeres y el 30.1% son varones. Como podemos observar, la mayoría de los docentes en la educación básica son mujeres. Si se observan las cifras por grupos de edad de los profesores activos en este mismo nivel educativo, se ve que en el grupo de edad de 20 a 34 años, la mayoría son mujeres [1].

Se intuye que este incremento de las mujeres docentes, se debe al proceso de inclusión de la mujer en el acceso a la educación y, en consecuencia, en el logro de estudios superiores y de alguna carrera profesional. A lo largo de la historia, hemos visto que tanto en México como en el mundo, la mujer no era incluida en ninguna formación académica. Poco a poco se le fue dando cierta enseñanza hasta lograr el acceso a todos los niveles educativos. La primera vez que se intentó incluir a la mujer en los estudios no elementales en México fue en 1856, con la creación del primer plantel oficial de educación secundaria para niñas. En cuanto a la formación de las mujeres como profesoras, vemos que en la década de 1860 a 1870 se fundaron las primeras escuelas normales, y es cuando aparecen las escuelas de este tipo exclusivas para mujeres [2].

Ahora bien, es justo reconocer en esta festividad del Día del maestro que hay aspectos del trabajo docente que muchas veces pasamos por alto, y es que el maestro no solo trasmite los conocimientos de su área de especialidad sino que se encarga de formar en todos los ámbitos a sus alumnos. Por poner un ejemplo, tomando en cuenta las etapas del desarrollo vital, en los niños de 6 a 11 años (etapa de la primaria), en el aspecto cognoscitivo, los niños comienzan a pensar de manera lógica, se incrementan las habilidades de memoria y lenguaje y muestran necesidades y dotes educativos especiales. Por su parte, en cuanto al desarrollo psicosocial, en los niños el autoconcepto se hace más complejo e influye en la autoestima [3]. En este orden de ideas, la influencia del docente sobre un alumno en esta etapa de la vida es muy importante para lograr un buen desarrollo de estos aspectos, sobre todo en el nivel de educación básica al cual nos referimos. Y en particular hablando de las maestras, sus características propias de mujer ayudan especialmente en esta etapa. Así lo menciona el Dr. Jesús Amaya [4]:

«Las mujeres tienen facultades generadas tanto por su biología, sus hormonas (estrógenos y progesterona), como por el ambiente y por su historia: habilidad verbal, su capacidad de interpretar posturas, gestos y signos no verbales, sensibilidad emocional, empatía, extraordinaria percepción táctil, olfativa y auditiva, paciencia, capacidad para pensar y hacer varias cosas al mismo tiempo, planeación a largo plazo, gran capacidad para la persuasión y negociación, impulso maternal y de cuidado, y preferencia para colaborar y evitar conflictos y confrontaciones”.

Estas características van muy relacionadas con las cualidades de un buen docente, entre las cuales se cuentan: “responsabilidad, flexibilidad, preocupación, compasión, cooperativismo, creatividad, dedicación, decisión, empatía y ser cautivador” [5]. Por todo lo anterior, reconocemos la labor tan delicada de todas las maestras y maestros de nuestro país. No olvidemos que los docentes son líderes en todos los aspectos para sus alumnos y que conviven una gran parte del día durante un año escolar con ellos. Sus pupilos observan todo lo que hacen: su forma de hablar, de mirar, de entusiasmar, de leer, de escribir, de moverse e incluso de vestir. Los alumnos están buscando un modelo a seguir que los oriente en la formación de su autoconcepto sin decirlo, y los adultos más accesibles a ellos, después de sus padres, son sus maestros y maestras.

Nuestro reconocimiento y admiración a todos los maestros y especialmente a las maestras, por ejercer tan delicada y valiosa labor en la formación de sus alumnos.