Olivia Maurel, nacida por maternidad subrogada. Conoce su testimonio

En artículos recientes, te hemos contado que Alison González, coordinadora nacional de Un Día Por Todas, estuvo presente en la CSW68, es decir, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW por sus siglas en inglés), el cual es el mayor órgano para la formulación de políticas a nivel mundial en temas de mujer. ONU Mujeres es la Secretaría de la Comisión que respalda todo el trabajo de la CSW. Pues bien, en la CSW 68 se abordó un tema que constantemente resulta polémico: la maternidad subrogada. Fue en un evento organizado por la misión permanente observadora de la Santa Sede y ADF International  ante las Naciones Unidas. Dicho evento tuvo como objetivo examinar el nexo entre la vulnerabilidad económica y la explotación reproductiva de la mujer. Asimismo, que cada Estado y la comunidad internacional vayan construyendo o encontrando la forma de abolir la maternidad subrogada a través de instrumentos legales que prohíban esta práctica en todas sus formas [1].

 

Quizá una de las partes más interesantes del evento fue el testimonio de una mujer llamada Olivia Maurel, pues ella nació a través del procedimiento de subrogación. Su testimonio aporta una perspectiva pocas veces analizada a esta gran polémica. 

 

Pero antes de empezar a compartirte el testimonio de Olivia explicaremos qué es la maternidad subrogada. Dentro del mismo evento del que te hablamos, se expuso que es una forma de reproducción en donde una mujer es contratada por quienes serían los padres del menor gestado y quienes tendrían la custodia y cría de ese infante [2]. Es una técnica de reproducción asistida en la que a la mujer que gesta al bebé se le conoce como «madre subrogada», mientras que la persona o pareja que desea tener un hijo y que “contrata” la subrogación se conoce como «padre o madre comitente» o «intencional» [3]. 

 

Ahora bien, hay dos formas de maternidad subrogada: la tradicional, que es cuando la madre es inseminada artificialmente, usando su propio óvulo, lo cual la vuelve la madre biológica; y la gestacional, que ocurre cuando el óvulo es proveído por la pareja que se quedará con el bebé. En este último caso, el óvulo es fertilizado In Vitro (IVF) e implantado en la madre sustituta y la madre sustituta no tiene contacto genético con el bebé [4].

 

En los casos de una maternidad subrogada “comercial” (en donde se recibe un pago por gestar al bebé en el vientre) o en la “altruista”, en donde no se recibe ningún pago económico, existe una problemática que tiene detrás un dilema ético: son muchas las partes que pueden reclamar los derechos parentales sobre el niño, para empezar, los llamados “padres de intención”, es decir, quienes contratan a la mujer y criarán al niño; la madre “subrogada”, así como su eventual esposo o pareja; y los padres “genéticos”, es decir, quienes donan sus gametos [5].

 

Ahora sí te compartimos el caso de Olivia Maurel. Ella contó su testimonio en la CSW68 y las penurias que pasó al enterarse de que fue producto de un proceso de maternidad subrogada. Olivia inició exponiendo los puntos que se deben considerar para abolir la práctica que estamos abordando y proteger los derechos tanto de los niños como de las mujeres [6]:

 

  • Los niños tienen derechos y están protegidos bajo leyes internacionales.
  • No hay formas éticas para vender a los niños y no hay formas éticas para rentar el cuerpo de una mujer. Por lo tanto no hay una forma ética de regular este asunto.

 

Posteriormente comentó que tiene 32 años, es esposa y madre de tres hijos. Desde hace dos años, ha dedicado su vida a trabajar por los derechos humanos, sobre todo de las mujeres y niños. Ella se preguntó: ¿por qué los niños tienen qué pagar por los deseos de los adultos? ya que, según explicó, el proceso trata al niño como un producto que debe estar en las mejores condiciones. Mencionó además que es la misma situación tanto en la maternidad subrogada comercial como en la altruista. Además expresó que el niño es separado de la madre gestante desde su primer día de vida, lo cual es parte del tráfico humano. Olivia comentó que muchas mujeres pueden decir “es mi cuerpo y es mi decisión” pero en la maternidad subrogada realmente la decisión no es de ellas sino de los padres de intención. Olivia cuestionó cómo la comunidad internacional permite que se arriesgue a las mujeres y a los niños en estos casos. En otras palabras, muchas mujeres y niños mueren y arriesgan su salud en beneficio solo de agencias que se dedican a llevar a cabo estos procedimientos [7]. 

 

Como parte de su testimonio, Olivia comentó que con 18 años, oyó hablar de las madres subrogadas y empezó a investigar sobre su ciudad de nacimiento, Louisville, Kentucky (EE. UU.), y vio que era un enclave muy importante en gestación subrogada cuando nació. Así fue como comprendió que eso era lo que le había pasado a ella. Esto lo hizo porque ella vivía llena de fantasmas que la atormentaban; sospechaba algo por la diferencia de edad que tenía con su madre legal y porque eran muy distantes. Cuando Olivia llegó a la vida de su madre legal, ésta tenía 49 años [8]. 

 

Olivia explicó que su suegra veía cómo sufría y cómo se torturaba mentalmente por sus orígenes, y un día le regaló un test de ADN.  Fue así como pudo comprobar lo que su padre tuvo que admitir: que había nacido por gestación subrogada. Contó que conoció a su madre biológica por Facebook y respondió a todas sus preguntas. Su madre biológica vivió la trágica muerte de su quinto hermano cuando era niño y luego tuvo a Olivia por encargo de sus padres legales. Dijo que tiene un hermanastro y tres hermanastras. Su hermanastro también se hizo el test y se confirmó el parentesco con ella. Ahora Olivia conoce todo el árbol genealógico de sus antepasados por parte de su madre y sabe que provenían de Lituania y que emigraron a Estados Unidos en el siglo XIX. Olivia ha comentado sobre la maternidad subrogada: “Que nazcan niñas y niños de esta práctica no la justifica; también nacen de la violación y eso no justifica la violación” [9]. 

 

Como puedes ver, los riesgos para las mujeres que se exponen a la maternidad subrogada son muy altos, como puede ser la falta de seguimiento en su salud y ser objeto de explotación, como la incertidumbre legal en cuanto al ejercicio de los derechos de las partes involucradas. Como ejemplo, en España, no se permite la maternidad subrogada y la única madre legal que se reconoce es la madre gestante [10].

 

Igualmente, el riesgo de abandono a los bebés producto de la maternidad subrogada al ser tratados como un producto comercial es muy grande. Recordemos el caso ocurrido durante la pandemia en 2020 en donde alrededor de 35 bebés se dejaron en una sala en un hotel de Kiev, la capital de Ucrania. Estos bebés fueron dados a luz por madres que gestan a las criaturas para terceros en el Centro de Reproducción Humana BioTexCom de la capital ucraniana, los cuales tenían a sus padres en otros países pero las estrictas medidas de confinamiento impuestas en gran parte del mundo los dejaron en esa situación [11]. 

 

Como puedes ver, es importante el apoyo a mujeres valientes como Olivia que luchan por la abolición de la maternidad subrogada para proteger tanto a mujeres como niños de situaciones vulnerables que ponen en riesgo su salud, su dignidad y su vida.


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